(Narra Sam)
Terminaron
mis clases de la academia y salí, esperando verle en la puerta igual que hacía
dos meses, aunque supiera que eso no iba a pasar porque él estaría con los
chicos en un concierto de su gira por Europa. Llevaba imaginando eso desde que
se fueron a la gira, era una tontería, pero me hacía sentir mejor.
La entrada
estaba llena de padres, como siempre, que esperaban a sus hijos, y casi no se
podía pasar de la gente que había, en agosto siempre se apuntaba mucha gente a
la academia. Tanta gente había, que pasé al lado de un chico alto con un gorro
y unas gafas oscuras que estaba apoyado en la pared sin fijarme en él. De
repente, noté que alguien me cogía del brazo y me di la vuelta, entonces le vi.
- ¡Zayn! -
exclamé muy sorprendida.
-¡Baja el
tono! - dijo él en voz baja tapándome la boca - alguna fan podría reconocerme.
Yo no dije nada,
simplemente le abracé y le quité las gafas para mirarle a los ojos, él me
abrazó a su vez y me miró con esos preciosos ojos color miel que llevaba
extrañando un mes entero. Me puse de puntillas y nos besamos, estuvimos
besándonos hasta que nos quedamos sin aire.
- ¿Qué haces
aquí? – le pregunté extrañada.
- Han
cancelado los últimos conciertos y nos hemos tenido que volver antes – explicó él
sonriendo.
- Genial –
sonreí yo - ¿Y cómo sabías dónde estaba? – le pregunté curiosa.
- Paula me lo
dijo – contestó mirándome fijamente a los ojos.
- Te he
echado muchísimo de menos - le dije yo, sin darme cuenta estaba llorando.
- Yo también,
no te imaginas cuánto - dijo él limpiándome las lágrimas - no llores princesa.
- Lloro de
felicidad, me alegro de que por fin estés conmigo - dije yo.
- Vamos a un
lugar donde no haya tanta gente, ya nos empiezan a mirar mal - dijo él, yo solté
una risita.
- Sí, será
mejor – deposité un suave beso en sus hermosos labios y nos marchamos cogidos
la mano.
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